sábado, 6 de noviembre de 2010

Suave Canesú 34

Un yo, que no soy Yo.


Nos volvimos a mudar juntos con la ilusión de que esta vez, funcione. Al salir del hospital, Snob me esperaba apoyado en un taxi: debí advertir a tiempo esa mirada cargada de odio. 

Me tiró: "Te quedan horribles esas vendas", le hice fuck you y durante  el trayecto "a casa" no volvimos a cruzar palabra.


Tardé un par de meses en acomodarme a la nueva situación. Este departamento de 47 metros cuadrados no me sienta muy bien. No tiene balcón, es super oscuro, hay humedad y en la única ventana, se asentó un nido de palomas. Snob dice que son sus mascotas, las alimenta adrede, es repulsivo. La única ventaja es que durante los años de "divorcio", juntó unos mangos como taxi boy. La guita le alcanzó para comprar esta mierda, pero no puedo quejarme. Estoy viviendo de arriba y no tengo dónde caerme muerta. Como no cojemos, se hace el enfermero conmigo y me dice que cuando consiga un trabajo y esté bien de la cabeza, "ya me puedo ir", lo único divertido que compartimos es el voyeurismo. Empezó como hobby, pero ahora ya estamos bien entrenados. Tardé en darme cuenta que lo de las palomas es una táctica distractiva. Es insoportable convivir con el arrullo y el excremento de los bichos pero sirven para  tapar el telescopio desplegable. Como el departamento es lateral, le vemos hasta los pelos encarnados. Entre tantas palomas, la mina ni se da cuenta que sentados en dos banquitos bajos, a la misma hora y todos los días, la observan dos degenerados. De la función, lo que me molesta es que, a veces, Snob se hace la paja mientras cenamos y miramos a la vecina. Pero qué le voy a decir, si es su casa. Empecé a buscar laburo como actriz. Me muero de vergüenza pero no voy a parar hasta que me den, aunque sea, un viático. Él  no me apoya, y en ningún sentido. Ya lo dije. Me provoca para hacerme enojar. El otro día le dije que fui a casting para una tira del 13, me dice "Castinggg...a ver, ¿a qué me suena? Castigo!" y se cagó de risa. Lo mismo ayer, adelante de todos nuestros amigos: "Por ahí me dan un bolo en Malparida". Y el pelotudo sale con ese chiste fácil: "Bolo fecal te van a dar a vos". Por suerte estaba Santiago presente y lo puso en vereda. Hace rato que me tira onda, pero somos muy amigos y no la quiero arruinar. Además, estuvo antes con Snob y no quiero darle una excusa para seguir rebajándome. Me tiene harta. Él o las palomas...

2 comentarios:

  1. Cada vez que veo (leo, imagino, pienso) una paloma, me acuerdo del libro de Mario Levrero, La Novela Luminosa. El día a día marcado por el devenir de la paloma, gorda, del edificio de enfrente.
    Él o las palomas. Ay, yo no sé.

    ResponderEliminar
  2. Cada vez que veo (leo, imagino, pienso) una paloma, me acuerdo del libro de Mario Levrero, La Novela Luminosa. El día a día marcado por el devenir de la paloma, gorda, del edificio de enfrente.
    Él o las palomas. Ay, yo no sé.

    ResponderEliminar

Se dice de mi...