martes, 20 de octubre de 2009

Desenpolvando...

Hablando de la relación texto/palabra me puse a revisar cosas y encontré un libro de poemas que junto a Jorge Cruz hicimos hace varios años. El proyecto fue una aventura: él dibujaba y yo escribía, pero no pusimos en relación nuestras creaciones hasta mucho tiempo después. De esa combinación surgió Poemas Ilustrados. Cuando el libro salió editado todavía me divertían estas experiencias: publicar sin esperar nada a cambio. Ni capital simbólico (nada era ni demasiado bueno ni demasiado malo como para despertar la atención) ni capital económico (ya era un privilegio no tener que gastar lo que no teníamos para poder publicar). Con el tiempo, fui perdiendo esa sabiduría casi salvaje, intuitiva y siempre motora. Ahora no tengo ni el tiempo, ni las ganas, ni la energía suficiente para emprender proyectos así. Es una lástima, porque confirma que ya no soy tan joven pero, fundamentalmente, que algunas de mis certezas se tornaron relativas. Más cómodas ¿burguesas? Hum... en todo caso, menos febriles. En esa etapa, lo más importante era escribir, " a como de lugar", "contra viento y marea", "hasta las últimas consecuencias". Cada vez que recuerdo empresas como esta, me doy cuenta que la vivencia es lo que vale la pena. ¿Trivial? Afortunadamente, sí. Al fin de cuentas, es lo que queda cada vez que dejamos a un lado la vara que mide quién rankea, quién la pegó, quién está verde, quién promete, quién la lame. (a tono con los tiempos que corren) Por algún motivo, los escritos de mis cuadernos Rivadavia y los proyectos grandilocuentes, me dejaron de dar placer. El camino del blog es retornar (como simulacro dos veces) a esos inicios, a esa "frescura" y candidez aparente. Y siempre incompleta.