martes, 27 de abril de 2010

Ese suave canesú. II

2.-

Tras dos semanas metidos en el departamento, anoche salimos de la cueva. Snob pasa por estos estados de vez en cuando: se deprime y me arrastra a su trance soporífero. No sé porqué le sigo corriente, supongo que me da pena verlo ahí tirado en un sillón, leyendo todo el día, haciendo zapping y comiendo sobras de la heladera. Cuando pasa por estas crisis, Snob no se baña, se muerde mucho las uñas hasta sangrarlas, suda, tiene diarrea y no tira la cadena del baño. Se vuelve insoportable la convivencia, pero por alguna razón, lo banco. Es que me imagino que está sometido a tanta presión el resto del tiempo que el pobre explota por algún lado. Imagínense lo que es estar calculando qué ponerse, qué decir, adónde ir a comer, qué leer, con quién hablar, qué escuchar, qué comprar…es demasiado hasta para él. Por suerte, estas depres le agarran un par de veces al año, así que se vuelve manejable. Y como él es muy generoso, me compensa después con mucho mimo y regalos caros. Sabe que su secreto está bien guardado y que no voy a andar contando por ahí que “esos días” el rey del snobismo mira Intrusos, escucha Los Cafres, devora películas pedorras en Cosmopolitan, se masturba con Wanda Nara y lee el horóscopo ya vencido. Pero anoche, por fin, salimos. Como siempre, me eligió la ropa. Me molesta mucho menos que tener que aguantar después sus resoplidos y quejas. Además, así no tengo que preocuparme por tener buen gusto o pulir mi imagen. Ni siquiera me tengo que ocupar por tener una personalidad. Snob lo hace todo por mí. Para la ocasión, zapatillas Nike muy rotas (confieso que las compramos de segunda porque no las puedo usar nuevas), un Levis ajustado, remera de Patti Smith y saco negro de pana, color azul eléctrico (comprado en Zara, pero que no se note la etiqueta, obvio). Cabello: recogido y desprolijo. Aros dorados, grandes, ochentas. Morral peruano. El morral y las argollas parecen disonantes, pero no. Son esos objetos que el snob usa como diciendo al pasar: “hago lo que se me canta el orto”, aunque todos sabemos que están perfectamente calculados. Como es habitual, vamos a Palermo. Aunque últimamente, alternamos con Almagro porque Palermo hace rato que está de moda; se llenó de extranjeros, artesanos y tilingos. Demasiado aire de “barrio intelectual” mezclado con arte kitsch, barcitos fashion y pendejada veinteañera. Además, ya no tiene onda comer étnico. Según Snob, si en los noventa garpaba decir “me gusta la comida armenia” ahora es casi una cursilería. Desde que el sushi se extendió a la clase media, la gastronomía dejó de ser un gusto de distinción. Ahora “cualquiera” tiene una bodeguita en su casa y cocina como los dioses, para Snob, la culpa la tienen esos programas de cable (con cocineros “buena onda”) que educaron el paladar de la masa. Los "falsos nosotros" se piensan que ir a comer comida peruana a una fábrica recuperada tiene glamour. ¡Pero por favor! Si son los mismos que andan con una Hecho en Buenos Aires bajo el brazo y un celular de 800 pesos en el bolsillo. Como siempre decimos: son los peores. Preferimos a los chetos, que son más evidentes en su hipocresía. Esos posvanguardistas cool que editan en Eloísa Cartonera, viven en casas recicladas de Palermo Soho, Palermo Freud, Palermo Sensible…uf. Son los mismos que leen la guía de Clarín los domingos. Entonces fuimos al Club Eros aunque ya sabíamos que esa onda de “cocina porteña y barata” es todo un bluff. Hace rato que la movida de estos espacios reciclados vivibles y cálidos amablemente te rompen el culo con los precios. Pensado para “la familia” pero los únicos que pueden pagar un plato de pastas en estos lugares son los snobs y los extranjeros. Es decir, todos los que buscan comer “como en casa” porque tienen nostalgia de lo que no tuvieron. Ya la palabra “Club Eros” designa un lugar imaginario. Como si fuera la “Sociedad de Fomento de Soldati” pero al revés. Un lugar hecho para los placeres hedonistas de “buenos vecinos” que esperan encontrarse a Emmanuel Horvilleur, pedirle la sal con “total naturalidad”, aunque se mueren por un autógrafo. Por eso, nos merecemos que nos traten así: que creamos que el mozo nos trata como a sus sobrinos (nos quiere y nos espera cada semana) cuando lo que le interesa es la propina que le dejas, volver a su casa temprano y que no le rompas las pelotas. En fin, llegamos tipo 9 y ordenamos lo de siempre: espaguetis carbonara (él), lo mismo pero a la puttanesca (yo). Por suerte, ya aprendí a manejar bien el fideo. Aprender la forma correcta de enrollarlo exige que practiques muchas veces antes de mostrarte públicamente. Snob recomienda tomar una o dos hebras con el tenedor, enrollar el fideo contra la parte cóncava de la cuchara y levantar ambos cubiertos del plato aproximadamente a unos seis centímetros. Si te cansa o genera dolor, es que estás haciendo mal algún movimiento. Pedimos un Rutini Malbec y un agua mineral. Sin postre. No nos quedamos demasiado tiempo, la idea es que una simple cena no suponga “una salida”. Nos retiramos tipo 10.30, en la puerta Snob se prendió un puro. Caminamos varias cuadras tomados de la mano. Me aguanté las ganas de llorar hasta llegar a casa.

7 comentarios:

  1. Jaja, muy bueno, pero no te metas con el Eros ! Uh! Que tu esposo te comente en el blog no da ni ahí, Snob se te va a enojar.

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  2. la hace sufrir snob? malo! malo!

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  3. Snob usa anillo con piedra negra en el dedo anular. Una delicadez cara pero en este momento "necesaria" dentro del Clan. Los sábados, cuando sale a almorzar al Bochín Club usa sus Ray-Bans Wayfarer, como los que usaba Dylan. Compra libros usados de Alan Watts u otro filosofo de esos no tan conocidos. Aunque en su biblioteca repleta de libros caros de fotografía no hay tanto lugar para ediciones precarias. Consume a Godard como un vegetariano consume ensalada. Quizás es por eso que lo veo anémico a Snob. Es todo muy intenso con Snob, pero cuando se suelta se expresa como Andy Kustnezoff ... Es complicado Snob.

    Aunque admito que a veces me gustaría tener algunas de las tantas cosas que tiene Snob.
    ¡Genial el texto!

    Saludos
    Pablo

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  4. Lástima que no dibujás, Laura. Porque de ser asi sumado a semejante calidad a la hora de escribir podrías convertirte en una Posy Simmonds vernácula (la cita no será Snob, no?) Decime que leíste "Gemma Bovery" o "Tamara Drewe" asi el comentario no queda a contramano. Un abrazo. Y de más está decir que me encantó lo que leí.

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  5. Snob me provoca más miedo que Cthuluh.

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  6. Dieguis: Snob no se va enojar, es un tipo muy abierto y hasta le gustas más que yo. <3

    Ale: Chi!. Me tiene atrapada. :( Ayuda socia! Rescatame!

    Pablo: jajajaj..buenísimo tu comentario!!!!. Me tiraste unos datos claves. Voy a robarte las ideas para el próximo texto. Un gustazo que te pases. Saludos!.

    Humberto: ¡Pero sí dibujo! (para el culo, pero dibujo...je) En cuanto a Possy Simmonds, no leí nada de ella. Es más, después de leer tu comentario la busqué en Google y me encantó lo que leí. Todavía me falta aprender mucho. Muchas gracias por el aliento!!. Para mí escribir literatura es catártico...me alivia del peso de la academia y el ensayo científico. Besos!

    Rubén: A mí también me da miedo. Brrrrrrr....Salú!!! :)

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  7. Que cabeza tenés Lau! debés de tener como 500 gb ahi dentro !!!
    Coincido con Humberto!

    Un beso y un abrazo!
    Decur

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